espera.

     Espera eterna sin consuelo que asalta a mi mente por sorpresa, y omite cualquier posible linea clandestina de pensamiento, ya que, al final de cuentas, las lágrimas que acusan a mi corazón en esta sentencia inconclusa y poco cuerda, desaparecen con la simple esencia de tu presencia. 

Creo.

     Yo creo en las grandes cosas, y en las pequeñas también. Creo en los momentos, en los abrazos, en los besos, en una taza de té de un domingo por la tarde. Creo en la música, en los libros, creo en el arte, creo en la vida. Creo en la noche, creo en la mañana. Creo en la luna, y también en el sol. Creo que todos nacimos por algo. Creo en ver el amanecer  desde alguna playa con alguien importante para nosotros. Creo en la belleza. Creo en las segundas oportunidades. Creo en la gente buena, y a su vez en la gente mala. Creo en los sueños, pero también en amargas realidades. Me cuesta decirlo, pero a veces me doy el lujo de creer en el amor.
     Creemos en tantas cosas, que me apena y me parece vergonzoso decir la verdad, que no creemos en lo más importante de toda nuestra existencia en este mundo terrenal, nosotros mismos.

Estancado.

     Creo que no puedo quedarme cómodo en algo fijo. Si te estancas y te quedas en la comodidad no llegas a un carajo en esta vida. Tanto sea quedarnos quedarnos en el tiempo en un desesperanzado pozo depresivo, como en cualquier estado fijo y constante. No podemos quedarnos en lo que conocemos, esperamos conocer o nos hacen ver que es. Sigamos adelante, avancemos, divirtámonos  conozcamos cosas nuevas y experiencias nuevas, vivamos la vida hasta que nos apasione. 

Harto.

     Me animo a decir que la gente de esta sociedad, específicamente la de mi entorno, me superó. Todos hablan sin saber. Estoy harto de que aquellos oídos sordos de verdades nutran sus pensamientos de  bocas culpables de modificar la verdad a su gusto y placer. Difaman una desdicha eterna sin tener intención de maldad alguna, pero su 'chusmerío', el cual ellos creen 'sano', no es más que otro complemento de mierda que se complota con otras cosas para joder mi adolescencia.

     Quiero a alguien que me escuche, que intente entenderme, que me de algo más que un buen consejo. Necesito a alguien que me acompañe, alguien que no sea parte del macabro juego de oídos sordos de verdades, ni de las bocas que la tergiversan. Necesito gente nueva en mi vida, menos perras conventilleras y mas centros gratuitos de catarsis. 

obsesión

     Tengo miedo de que una obsesión tome mi cabeza por asalto. Siento que va a ser demasiado tarde cuando me de cuenta de que me estoy enfermado y consumiendo por el simple hecho de pensarte, y para aquel entonces mi dependencia emocional va a ser absoluta. Toco madera, ojalá no pase.

viernes.

Bautizo y declaro este viernes, veintiséis de Abril, lleno de amargura y tristeza, como el viernes de la depresión. Disfrutalo, que días como estos, suceden muy cada tanto.

Fantasía.

     Almas perdidas buscando en el sueño eterno la salida fácil a la complejidad existencial de esta vida. Es entendible una depresión semejante a esa, es entendible que esperando tanto de todo, y recibiendo tan poco, uno entre en la depresión asesina. Caer en la realidad duele casi tanto como mil puñaladas en el pecho, duele porque la realidad no se acerca ni un poco a nuestro mundo de fantasía. Déjeme soñar, déjeme ser feliz. ¿Tu vida es una miseria? No arruines la mía, ya suficientemente cuando me la arruino solo. Seamos mas realistas, digamos adiós a nuestro mundo perfectamente feliz y abramos los ojos a la oscuridad que nos rodea. No busquemos salidas fáciles a los complejos problemas, enfrentemos la vida, que eso es lo divertido. No todo es color de rosas, también hay blancos y negros.

Corazones abandonados.

Corazones abandonados, buscando un poco de amor para saciar su sed de sentimiento. Digámosle "Hola" al mundo real, donde no vas a tener ni a tu Jack ni a tu Rose cuando se te hunda el Titanic, donde se trata de estar solo y acompañado, donde todos necesitamos desarrollarnos como personas de manera independiente, pero estando en compañía. El amor esta en el aire, cuando debería estar dentro nuestro. Corazones vacíos de sentimiento alguno caminando por la calle de la ciudad mágica, disfruten la vida, que somos muy jóvenes como para estar sufriendo tanto.

Rutinas asesinas que toman a la mente por asalto.

     Me siento completamente gris. Vacío de cualquier sentimiento semejante a la felicidad. Perdido en la tristeza, rodeado de impotencia. El odio me corre por las venas, las ganas de verte llorar están empezando a apoderarse de mi. ¿Por qué te la agarras conmigo si no te hice nada? ¿Por qué buscas llegar al conflicto verbal semanal que vengo fumandome hace un tiempo lo suficientemente largo como para declararme exhausto de esta mierda? Yo se que la rutina asesina toma por asalto nuestra cabeza y nos la agarramos contra el primer ser viviente que se nos cruza, en este caso yo, pero también creo que en vez de llegar al choque, a la pelea, al llanto, deberíamos buscar una alternativa salvadora, capaz de evitar este tipo de situaciones suicidas. Evitemos la guerra, usemos nuestra arma verbal y defendámonos sin llegar al pleito. Porque, créanme  que es una verga iracunda el momento de la pelea, el momento en el cual todo deja de tener sentido y solo queres ver muerto a esa persona o, en como es mi caso, asesinada por uno mismo.

Titanic.

     Titanic. Cataratas de lágrimas invaden nuestros vacíos rostros, mientras embobados miramos lo que fue la tragedia romántica más grande y significativa de la historia del cine. Otra cosa no podía esperar de nosotros, somos seres humanos que buscan alimentar su morbo. Tenemos una sobredosis de esta película, creo yo. La vimos tantas veces que podemos repetir los diálogos de derecha a izquierda e izquierda a derecha. Nos consagramos como los mayores amantes de esta amarga historia. Y, ¿saben que es lo peor? Que por nuestro fanatismo y amor hacia la historia más hermosa y triste que pudo haberse proyectado en un cine alguna vez, terminamos como terminamos: esperando mucho de la realidad. La realidad es menos de lo que creemos, señores. No todos vamos a tener nuestro Jack o nuestra Rose, simplemente vamos a tener el hundimiento del barco y el final no tan feliz. No vale la pena amargarme por como son las cosas, porque no tiene sentido. Dejemos de buscar nuestro amor de película y caigamos en la cuenta de que no es nada más y nada menos que una película, es ficción pura, y que deberíamos estar tocados por una varita mágica para tener la suerte de encontrar a alguien que nos llene el alma como lo hace esta trágica pareja. Mi cierre para esto sería un: esperamos mucho de la realidad, por un exceso de ficción y finales trágicamente románticos. Bienvenido al mundo real, señor. No tenemos ni Jack's, ni Rose's, ojala encuentre alguien que garche bien y no lo haga cornudo. Que disfrute su estadía.